Cuando el paciente acude a la consulta del sexólogo generalmente se plantea: ¿Acudo yo solo o con mi pareja?..
Hay gente que dice "Es que el problema lo tengo yo"..
Se puede considerar que el problema es de uno solo ("Si tengo un problema de disfunción eréctil es mi problema", "Si es un problema de vaginismo que he tenido siempre, el problema es mío", etc).
Lo que ocurre es que la forma de comunicarse entre la pareja, las expectativas que tiene el otro ante el problema sexual, la forma de acariciar y estimular, la expresión de afecto entre ambos, las experiencias anteriores que haya tenido cada uno (positivas, negativas o de comparación pasada y del presente), las actitudes sexuales que tengan ambos miembros de la pareja van a influir notablemente en la manera de afrontar el problema, así que no hay que considerar el problema sexual como algo individual sino un problema a abordar en pareja puesto que afectará a ambos.
Además muchas veces cuando ya se acude al sexólogo, los problemas sexuales se presentan por ambas partes (ejemplo: vaginismo y disfunción eréctil, eyaculación precoz y bajo deseo sexual, deseo sexual bajo por ambas partes, etc).
Por tanto, siempre recomiendo que si se tiene pareja y hay disponibilidad para acudir a la consulta sexológica, será ésta la mejor opción terapéutica ya que el nivel de mejora se incrementa cuando ambos miembros de la pareja se implican en la terapia, no solo por el apoyo del otro al acudir sino por todos los cambios y aprendizajes que van a realizar juntos.
En los casos en que la pareja lleva poco tiempo de relación y no tiene confianza para comentarle que viene y/o la pareja se mostraría reacia a acudir, la terapia sexual se realiza de forma individual, siendo mejor eso a no trabajar el problema.
Otras veces, empieza uno solo la terapia (por vergüenza, por miedo a cómo reaccionará el otro al pedirle que venga a terapia, porque ya anteriormente han ido a otro profesional y no les fue bien) y al coger confianza y realizar avances es cuando se lo comentan a la pareja y acuden los dos al sexólogo, sintiéndose ya en una disposición activa hacia el cambio.
