¿QUÉ ES UNA ADICCIÓN?
Más actualmente, junto a las adicciones tradicionales (ejemplo: beber alcohol, fumar) destacan las nuevas adicciones. Unas están derivadas de sustancias, como es el caso de la cocaína, las drogas de diseño, el LSD, entre las más importantes, y otras son adicciones comportamentales, sin sustancia, como resultado de nuestra sociedad tecnológica, como la adicción a Internet, al juego de azar, al teléfono móvil, al sexo, a las compras, y a un amplio etcétera de conductas que pueden llegar a ser adictivas.
Muchas personas consumen por ejemplo alcohol, que en nuestra sociedad está muy normalizado y lo hacen sin que sea un consumo patológico, pero…
¿Cuándo hablamos de un consumo patológico de una sustancia?
Hablamos de consumo patológico cuando rebasa el punto en que los efectos negativos sobrepasan cualquier efecto positivo. Con frecuencia este punto se alcanza con rapidez—durante la primera exposición en algunos pacientes y con ciertas sustancias. Lo usual es que el consumo sea frecuente, intenso o ambos, y siempre implica síntomas y cambios maladaptativos de la conducta.
¿Cómo se pasa de un consumo casual a un uso regular de una sustancia?
Con el paso del tiempo de tomar una sustancia, hay una serie de factores que contribuyen a que la persona sea dependiente de la sustancia, puede tratarse de una dependencia física (aparece el síndrome de abstinencia constituido por varios síntomas físicos y psicológicos cuando no se toma la sustancia o droga) y/o dependencia psicológica (se necesita tomar de forma regular o continua la sustancia o droga para producir placer o aliviar el malestar).
Para algunas personas tomar alcohol, marihuana, cocaína etc. proporciona un alivio temporal de la ansiedad, la tensión, el aburrimiento o el cansancio y desarrollan la creencia de que pueden hacer frente mejor a las frustraciones y el estrés de la vida, si pueden tomar drogas y/o alcohol durante un período para escapar u olvidar sus problemas. Las personas con circunstancias vitales adversas tienen más probabilidad de llegar a ser adictos, que aquellos con más fuentes de satisfacción.
Además, las personas con poca confianza en sí mismas pueden considerar que las drogas refuerzan su autoestima y les aporta desinhibición, al menos a corto plazo. Otras personas consideran que utilizar drogas les facilita la entrada en nuevos grupos sociales.
El problema es que la sustancia o droga consigue controlarles, ya que se crea un círculo vicioso donde el craving (deseos irrefrenables por consumir) y los cambios de estado de ánimo y mayor angustia solo pueden ser aliviados inmediatamente por el consumo de la droga.
¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE ADICCIONES QUE EXISTEN?
Los componentes fundamentales de la adicción son la falta de control y la dependencia, por ello no solo hablamos de adicciones de sustancias (alcohol, nicotina, cocaína…) sino que existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos (compras, uso de internet, juegos…) que, en determinadas circunstancias, pueden convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas.
Cualquier actividad normal percibida como placentera es susceptible de convertirse en una conducta adictiva. Lo que define a la adicción es que el paciente pierde el control cuando desarrolla una actividad determinada y que continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas, así como que adquiere una dependencia cada vez mayor de esa conducta.
Podemos diferenciar dos tipos de adicciones:
1. Adicciones con sustancia: alcohol, tabaco, cocaína/anfetaminas, opiáceos, alucinógenos, cannabis, drogas de síntesis.
2. Adicciones psicológicas, adicciones comportamentales o adicciones sin sustancias:
- Juego patológico
- Adicción a las compras, oniomanía o compra compulsiva.
- Adicción al trabajo o workaholic
- Adicción al móvil o nomofobia,
- Adicción a internet,
- Adicción a la comida,
- Adicción al ejercicio físico o vigorexia,
- Adicción al sexo.
¿POR QUÉ SE PRODUCEN LAS ADICCIONES?
Existen varios factores que explican las adicciones e interactúan entre ellos, por lo que no podemos hablar de una sola causa en las adicciones:
• Circuito de placer o circuito de recompensa
El circuito del placer o circuito de recompensa es un circuito cerebral muy primitivo que desempeña un papel clave en el desarrollo de la dependencia a sustancias, tanto en el inicio como en el mantenimiento y las recaídas.
De alguna manera, el consumo de sustancias o la realización de determinadas conductas “secuestra” dicho circuito del placer, y consigue que la persona aprenda y tienda a realizar conductas de consumo de la sustancia, así como a mantener en su memoria estímulos que puedan servir de desencadenantes de la adicción (ejemplo: ver anuncios de ropa o tiendas puede activar la compra inmediatamente en la adicción a las compras).
El objetivo último del circuito de recompensa es perpetuar aquellas conductas que al paciente le proporcionan placer. El consumo de sustancias o la realización de determinadas conductas, ya sea de manera directa o indirecta, suponen un incremento del neurotransmisor básico de este circuito, la dopamina, que genera una sensación placentera y hace que la persona tienda a volver a consumir o a realizar determinada conducta adictiva (juego, uso de internet…).
• Vulnerabilidad psicológica a las adicciones
Necesitamos alcanzar un nivel de satisfacción global en la vida. Normalmente, éste se obtiene repartido en diversas actividades: la familia, el trabajo, la pareja, la comida, las aficiones, el deporte, etc. Un mayor número de aficiones e intereses de una persona está en relación directa con una mayor probabilidad de ser feliz. De este modo, las carencias en una dimensión pueden compensarse, en cierto modo, con las satisfacciones obtenidas en otra.
Por el contrario, si una persona es incapaz de diversificar sus intereses o se siente especialmente frustrada en una o varias de estas facetas, puede entonces centrar su atención en una sola. El riesgo de adicción en estas circunstancias es alto. De este modo, la adicción constituye una afición patológica que, al causar dependencia, restringe la libertad de la persona.
También hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones: la impulsividad; bajo estado de ánimo o cambios frecuentes de humor), la intolerancia a los estímulos displacenteros, tanto físicos (dolores, insomnio, fatiga, etc.) como psíquicos (disgustos, preocupaciones, responsabilidades, etc.); y la búsqueda exagerada de sensaciones nuevas.
O puede haber un problema de baja autoestima o un estilo de afrontamiento inadecuado ante las dificultades cotidianas.
Otras veces se trata de personas que carecen de un afecto consistente y que intentan llenar esa carencia con sustancias químicas (drogas, alcohol o tabaco) o con conductas sin sustancias (compras, juego, internet trabajo, sexo).
• Creencias acerca de la adicción
Las creencias básicas en relación con las ventajas o inconvenientes de tomar drogas o realizar determinada conducta son fundamentales a la hora de entender la adicción, ya que puede llevar a la persona a un sentimiento de indefensión y desesperanza (“no puedo hacer nada por controlarlo”, “no voy a ser capaz de superar este problema”).
• Factores familiares
El consumo de sustancias por parte de los padres y sus actitudes hacia el mismo constituyen otro factor fundamental en el uso y abuso de sustancias. Así, una actitud más favorable y una conducta de mayor consumo por parte de los padres se asociará a un mayor consumo de drogas por parte de los hijos.
También es importante el papel que juega el clima familiar y la relación con los padres y el consumo de sustancias.
Podemos decir que una persona con una personalidad vulnerable, con una cohesión familiar débil y con unas relaciones sociales pobres corre un gran riesgo de hacerse adicto si cuenta con un hábito de recompensas inmediatas, tiene el objeto de la adicción a mano, se siente presionado por el grupo y está sometido a circunstancias de estrés (fracaso escolar, frustraciones afectivas, competitividad, etc.) o de vacío existencial (inactividad, aislamiento social, falta de objetivos, etc.).
PSICÓLOGOS ADICCIONES ZARAGOZA
Tratamiento de adicciones con sustancia y adicciones psicológicas.
En Psicólogos Zaragoza comenzamos nuestras intervenciones en el campo de las adicciones a drogas, inicialmente en centros de drogodependencias y posteriormente se ha ido incorporando el tratamiento de las adicciones sin sustancia o adicciones psicológicas (juego, compras, internet, móvil, sexo, etc.).
En el tratamiento de las adicciones se aprenden respuestas de afrontamiento adecuadas ante las situaciones de riesgo con la exposición programada a las situaciones de riesgo, prevención de recaídas, junto con el manejo de problemas psicológicos implicados en cada caso (ansiedad, depresión, insomnio, baja autoestima, problemas de asertividad, habilidades sociales, problemas sexuales, problemas de pareja y/o familiares, resolución de problemas).
Cada caso es único y requiere de una valoración psicológica inicial y un tratamiento psicológico personalizado de cara a obtener un éxito terapéutico.
