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psicólogos ruptura pareja Zaragoza



¿CÓMO AFECTA LA RUPTURA DE UNA RELACIÓN?


La ruptura de la pareja, independientemente de cuanto haya durado la relación amorosa es una experiencia estresante y es que la decisión de romper, separarse o divorciarse es un proceso personal extremadamente doloroso.

Con independencia de quién haya tomado la decisión, de cómo se haya producido la ruptura (si ha sido inesperada o anunciada o ha habido otras rupturas previas), de si ha habido convivencia en común o no, de la duración de la relación, la ruptura supone una pérdida personal, un acontecimiento estresante que se aprecia como más o menos amenazador.
Se pierde una relación especial, íntima, una fuente de cariño, seguridad, atracción y apoyo junto con otras pérdidas secundarias (materiales, económicas y sociales).

Estas pérdidas van acompañadas de cambios personales, emocionales, parentales, familiares, sociales, que afectan a esferas importantes de la vida y se suelen producir a la vez.

Por eso, tras una ruptura, es frecuente pasar por momentos de inestabilidad emocional que hace que las personas separadas unos días se sientan mejor, otros peor, que experimenten sentimientos encontrados (amor, rabia, tristeza, traición, preocupación, miedo o abandono) así como pensamientos contradictorios (“no quiero saber nada más de él/ella”, “me gustaría recuperar la relación”). 

Sin embargo, la ruptura puede ser una buena decisión cuando la relación de pareja no funciona, o la pareja no despierta en nosotros sentimientos de afecto o interés, o tenemos la certeza de que estaríamos mejor solos que en pareja y la ruptura puede convertirse en una experiencia para el crecimiento personal y el aprendizaje de una nueva forma de vincularse con otras parejas, amigos o familiares.




¿CUÁNTO TIEMPO SE NECESITA PARA SUPERAR UNA RUPTURA?


Muchas veces los duelos de pareja tienen algo de duelo anticipado (lo cual facilita el proceso de duelo al ir tomando conciencia de que la pérdida va a ser real), ya que aunque la ruptura sea abrupta o por un tema muy concreto (ejemplos: celos, discusiones, infidelidad, adicciones) puede haber indicios previos: en el caso de la persona que abandona porque va sintiendo menos apego hacia la que va a dejar de ser su pareja y en el caso de la persona abandonada, porque va sintiendo la distancia.

El duelo de pareja puede ser consensuado, de mutuo acuerdo, aunque es muy difícil que las dos personas se quieran separar con la misma seguridad en la decisión, normalmente uno quiere separarse, aún con sus dudas, y al otro no le queda más remedio que aceptarlo.

El duelo de pareja puede ser difuso, en el caso de parejas que se separan pero se siguen encontrando puntualmente como pareja. Es un tipo de duelo que genera confusión y falsas expectativas en la persona que ha sido abandonada sin “dejar pasar página”.

El tiempo para superar una ruptura, separación o divorcio varía de una persona a otra: una persona puede superarlo en meses y otra en años; cada persona tiene sus tiempos y evoluciona a un ritmo diferente, además de tener sus propias fortalezas, estilo de afrontamiento y modo de pensar, y una historia personal de relaciones y experiencias que pueden facilitarle o dificultarle la elaboración de la pérdida, que a veces no solo es la pérdida de la persona sino de un proyecto de vida con esa persona.

Al igual que en los procesos de duelo por muerte de un ser querido, se puede alargar hasta dos años, aunque si se acude a terapia de duelo no es tanto. Aunque se puede superar el duelo por ruptura en unos meses, suele ser necesario un año, para pasar por todas las fechas asociadas de alguna manera a esa persona (aniversario, cumpleaños, navidades, vacaciones…).


FASES DE LA RUPTURA DE PAREJA


Al terminar una relación de pareja se atraviesa un proceso de duelo, de la misma manera que ocurre ante la pérdida de un ser querido. El duelo por ruptura de pareja tiene como función procesar la pérdida y asimilar que la otra persona ya no está en nuestra vida y nos encontramos ante una nueva etapa en la que se van a experimentar diversas emociones (ansiedad, ira, tristeza, miedo a la incertidumbre, etc.).

Es recomendable atravesar el proceso de duelo de forma consciente, analizando lo que ocurrió en la relación de pareja, asumiendo nuestra responsabilidad y alejándonos de los mitos del amor romántico como “el amor todo lo puede”, “tengo que encontrar a mi media naranja”, “cuando encuentre a la persona adecuada, seré feliz”; para no repetir frustraciones en otras relaciones y que haya un verdadero aprendizaje de la experiencia vivida.

Por otro lado, los amigos y familiares pueden recomendar a la persona que está atravesando un duelo por ruptura de pareja que reemplace a la pareja cuanto antes, o bien con otra pareja o que se refugie en trabajo, en los hijos, salir con amigos, etc. Sin embargo, cerrar la herida antes de que cicatrice del todo, no solo hace que el proceso de duelo sea más largo y complicado sino que nos priva de descubrir cuál es nuestro patrón a la hora de vincularnos con el otro. No solo se trata de aliviar el malestar sino de no volver a caer en las mismas situaciones.

Cuando se rompe una relación de pareja solemos pasar por una serie de etapas o fases hasta que asimilamos esa pérdida y acabamos el proceso que se denomina duelo, o dicho de otra manera “hemos pasado página”.

Estas fases varían según la persona, no hay que pasar por todas ni en el mismo orden y dependen de quién ha dejado la relación, si ha habido un motivo concreto de ruptura, la forma en que acaba esa relación (si ha habido oportunidad de hablar o no, si se ha dejado en persona o por teléfono), características de la relación mantenida (si ha habido convivencia o no, tipo de convivencia), impacto en las circunstancias vitales (si hay hijos o no, qué pasa con las amistades comunes, etc.), y qué ocurre a partir de la ruptura (cómo se comporta la ex pareja, si hay apoyo social o familiar, etc.).

1-Incredulidad o negación

Se observa de forma más evidente cuando la persona es abandonada. Corresponde con el shock inicial de la noticia, y con el mecanismo de defensa de no querer enfrentarnos a esa realidad.

2-Insensibilidad

Es una fase donde la persona dice no sentir nada, se describen los hechos sin una emoción. Puede haber dificultad para conectar tanto con las emociones negativas como positivas, como un bloqueo emocional. Muchas veces se acude a consulta en esta fase del duelo por ruptura de pareja y es necesario trabajar que la persona vuelva a sentir para avanzar con su duelo.

3-Tristeza

Es la emoción que corresponde a cualquier tipo de pérdida y es necesaria pasarla para hacer el proceso de duelo.

4-Miedo, angustia, culpa

Son emociones que se pueden intercalar con la tristeza o aparecer antes que la propia tristeza.

5-Ira (venganza)

Esta es la fase del “por qué” continuo, de las conclusiones de todo, incluso es una fase donde puede aparecer la necesidad de venganza o castigo. Se vive la ruptura como un ataque personal o una injusticia.

6-Sensación de descontrol, necesidad de salir

Esta etapa suele venir frecuentemente después de la ira o a la vez que ésta. En algunas personas que no experimentan rabia ni rencor, puede aparecer también, tras un periodo más o menos largo de tristeza y apatía.

7-Nostalgia

Es una etapa donde las personas suelen hacer revisión de lo ocurrido con otra perspectiva. Ya no suelen tener presente solo lo negativo o solo lo positivo de su ex pareja, sino que son capaces de hacer un balance.

8-Serenidad, necesidad de estar mejor

Aquí la persona necesita estar bien. Suelen comentar que ya están cansadas de pasarlo mal, y que quieren pasar página y seguir con su vida. Comienzan a retomar los contactos sociales y muchas rutinas.

9-Aceptación

La persona es capaz de pensar en su ex pareja sin el dolor de antes. Puede que incluso ya pueda tener información de su ex sin angustia ni ansiedad, y si tiene alguna emoción negativa no le afectará tanto.



PSICÓLOGOS RUPTURA PAREJA ZARAGOZA


En Psicólogos Sexólogos Zaragoza es muy habitual la consulta psicológica para abordar el duelo por una ruptura de pareja, separación o divorcio, además de duelos por fallecimiento de seres queridos y otros tipos de duelo, al ser expertos en intervención en duelo.

El duelo no es una enfermedad pero puede llegar a serlo si su elaboración no es correcta, por quedarse estancado en alguna de las fases de duelo, impidiendo la aceptación de la pérdida; bien por tratarse de un duelo patológico donde los síntomas persisten e interfieren en varias áreas de la vida o porque se trate de un duelo bloqueado donde hay una evitación del trabajo de duelo y un bloqueo emocional y a nivel de pensamiento.

Más que el tiempo que lleva el paciente atravesando el duelo, hay que realizar una evaluación de las circunstancias del paciente y cómo está procesando las emociones, si hay que trabajar pensamientos obsesivos, autodestructivos o distorsionados, si hay conductas que le impiden avanzar en el proceso de duelo, si se trata de miedo a estar solo o no encontrar un proyecto de vida acorde a sus valores que le proporcione satisfacción.

El duelo de pareja puede interpretarse como una oportunidad, emocionalmente muy intensa, que nos hace más hábiles para enfrentarnos a nosotros mismos y para seguir nuestro proceso de crecimiento personal.